¿Qué le ocurre a nuestra piel desde la infancia hasta la aparición de las primeras arrugas? Pues admisiblemente, se suceden una serie de transformaciones en la dermis que se adelgaza al perder agua y crema, a la vez que se deterioran y se desorganizan las fibras de colágeno y elastina que la constituyen.

Esquema del contenido


Una piel con arrugas y sin turgencia es una piel envejecida. ¡Qué diferencia con la piel de un irreflexivo! ¡qué tersa, qué mújol y qué elástica! La piel pierde su aspecto terso, cede, se hunde, en algunos puntos y aparecen los pliegues o arrugas a la vez que se percibe el descolgamiento.

Cómo retrasar al mayor las arrugas

Existen una serie de cuidados, en su mayoría cosméticos, enfocados a evitar al mayor las distintas causas reconocidas del envejecimiento: la error de oxigeno, la deshidratación y la exposición al sol sin protección.

  • Cuidados externos o cosméticos: desde una etapa temprana de la vida de una mujer (14 primaveras) se debe comprar el túnica de una rutina de cuidados internos y externos que practicaremos hasta la juicio. Es muy importante conseguir que cada rutina constituya un placer en sí misma: limpiarse la piel, aplicarse una crema, relajarse con una mascarilla… para así seguirlas con convicción a lo dilatado de nuestra vida.
  • Higiene: cada confusión debe dejar la piel redimido de maquillaje, polvo, crema y sudor. Sólo así se aprovechan al mayor los enseres reparadores del sueño, a cualquier época y los beneficios de las cremas que se apliquen a edades más avanzadas. Es conveniente utilizar productos adecuados para cada piel y cada época. No vale utilizar el mismo coba desde los 20 primaveras a los 60. Cada momento de nuestra vida requiere unos cosméticos distintos.
  • Hidratación: la piel necesita agua para sostener su actividad metabólica lo mismo que sus propiedades como envoltorio elástica del organismo y barrera al exógeno. El agua que representa un 70% en las capas más profundas de la piel, se va perdiendo con destino a el exógeno, de modo que la capa más externa de la cutícula sólo tiene un 15% de agua. La piel se mantiene hidratada si tomamos, por una parte, como insignificante un litro de agua al día y por otra, le aplicamos cosméticos hidratantes que aportan agua y/o ayudan a retener el agua. Los componentes activos hidratantes son sustancias que reproducen los componentes del llamado “faja hidrolipídico” que es la mezcla natural de agua y crasitud, que en forma de capa fina hidrata la cutícula de forma natural. Hay que evitar de forma eficaz tener una piel deshidratada ya que la error de agua en la piel es un paso previo seguro a la aparición de las arrugas.
  • Protección: sin duda para retrasar la aparición de arrugas es asimismo imprescindible evitar el impacto de las radiaciones ultravioletas sobre la piel sin fotoprotector. Las radiaciones ultravioletas del sol provocan daños que van desde el eritema o quemadura solar hasta la precipitación del envejecimiento por enseres, en zonas tan íntimas, como el ADN celular. A la disyuntiva del Ejecutor de Protección Solar (FPS) que en universal, recomendamos de 50 para el rostro y como insignificante de 30 para el cuerpo, habrá que añadir la disyuntiva de en formulaciones que aporten hidratación. A partir de una época, biológica o de la piel de unos 40 primaveras, se elegirán productos que incluyan algún activo antienvejecimiento, y que se aplicarán con una frecuencia de 2 a 4 horas. Recordemos que los enseres del sol son acumulativos y que la quemadura solar en una niñita de 5 primaveras puede significar la aparición de arrugas prematuras.
Mujer con gafas haciéndose un tratamiento en la cara con laser

Tratamiento para corregir arrugas

Existen distintos niveles de “corrección”:

  • La aplicación cosmética de cremas con sustancias como entre otras: Los Hidroxiácidos como los ácidos Glicólico, Láctico y Málico, a dosis que no superen el 25%, que consiguen atenuar las arrugas y la sequedad al provocar una renovación celular.
  • Extractos vegetales como el de Ginko Biloba o la propia vitamina C que por distintos mecanismos consiguen estimular la síntesis de colágeno.
  • Los tratamientos profesionales.

En los casos en que los autocuidados resulten insuficientes, lo cual es, casi siempre, una apreciación subjetiva, se elegirá un profesional acreditado para que nos aplique por ejemplo:

  • Un peeling químico que al realizar una exfoliación profunda provocan la destrucción de varias capas de la piel, que contesta con una regeneración celular como respuesta.
  • Botox (medicamento) o inyecciones de toxina botulínica o similares que producen una parálisis-relajación de la zona que poso las arrugas.
  • Implantes con materiales más o menos fisiológicos que rellenan los grandes surcos como los del ceño o a los lados de la trompa.
  • Inyección o aplicación de factores de crecimiento antólogos -que se extraen linaje de la propia persona- y que estimulan la regeneración celular.
  • Radiaciones láser de reincorporación potencia para atenuar arrugas y manchas

Técnicas que, todas ellas, pueden proporcionar resultados muy satisfactorios siempre que las aplique un buen profesional, que seamos conscientes de los resultados que cerca de esperar a la vez que sigamos con las rutinas de higiene-hidratación-protección para prolongar los enseres obtenidos.

Cuidar la piel por interiormente

Cualquier tratamiento forastero descrito tiene que venir soportado por una serie de cuidados internos beneficiosos para la piel:

  • Pimplar agua en forma suficiente, litro o litro y medio, en sus distintas formas: agua, zumos, caldos, e infusiones. Imprescindible para sostener hidratada la piel y todo nuestro organismo.
  • Huir de las dietas drásticas que producen faltas de nutrientes que restan vivacidad a la piel. Huir todavía más de las dietas bajas en proteínas que provocan flacidez cutánea y aceleraran la aparición de arrugas.
  • Tomar cantidades suficientes de vitaminas C, A y E, procedentes de frutas y verduras, que son claves, entre otros, para la síntesis del colágeno de la piel.
  • Prohibir el trinque que entre otros enseres dificulta la impregnación de las vitaminas citadas.
  • Incorporar a la dieta cantidades generosas de grasas poliinsaturadas, “las grasas buenas” como las que proceden de los aceites de semillas y frutos secos, o del pescado zarco que son básicas para el mantenimiento de la piel.

Por postrer recapacitar el eslogan “la doblez es bella” que se popularizó en los ’90, en defensa de las arrugas en la ropa de hilo, es muy aplicable a nuestra piel. Una cara arrugada puede ser muy bella si transmite paz interna, optimismo y entusiasmo por la vida.